A través de los años las mujeres han denunciado violencia obstétrica al momento del nacimiento de sus bebés. Siempre ejercida por parte del personal de salud. Es importante informar a todas las mujeres y a los hombres sobre esta problemática, y para ello hemos desarrollado una aplicacion movil que enseña a la sociedad cuales son aquellos puntos importantes a tener en cuenta al momento de parir, cuales son aquellas maniobras médicas que no debemos permitir.
La Ley 25.929 de Parto Humanizado promueve y defiende los derechos de la madre y su bebé durante el proceso del nacimiento.
La violencia obstétrica afecta a la mujer y a su bebé durante el embarazo, el parto e incluso, el postparto.
Se manifiesta mediante prácticas, conductas, acciones y omisiones, que el personal de salud ejerce de manera directa e indirecta, en el ámbito público y privado, sobre el cuerpo y los procesos reproductivos de las mujeres.
Constituye una de las tantas formas de violencia y discriminación que sufren a diario las mujeres y, quizás, una de las más naturalizadas, a tal punto que no siempre se la reconoce como tal.
Hablar de Violencia Obstétrica no sólo implica reconocer diversas situaciones de humillación, violencia y degradación que puede sufrir una mujer al momento de realizar una consulta o asistir a un parto.
Supone también reclamar derechos que son contemplados tanto en la Ley de Protección Integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres, como así también, en la actual ley de Parto Respetado.
La Ley N° 25.929 de Parto Humanizado y su decreto reglamentario N° 2035/2015 garantiza un espacio familiar donde madres, padres y bebés sean los protagonistas y el nacimiento se desarrolle de la manera más natural posible, en consonancia con las necesidades y deseos de cada familia.
El trato humillante y denigrante
El abuso de la medicalización
La patologización innecesaria
A ser informada sobre las distintas intervenciones médicas que pueden tener lugar durante el parto y postparto y participar activamente de las decisiones que se tomen en ese marco.
A un parto respetuoso de los tiempos biológicos y psicológicos, evitando practicas invasivas y suministro injustificado de medicación.
A ser informada sobre la evolución de su parto, el estado de salud de su bebé y a ser partícipe de las diferentes actuaciones del equipo de salud.
A no ser sometida a ningún examen o intervención cuyo propósito sea de investigación.
A ser considerada persona sana y facilitar su participación como protagonista de su propio parto.
A elegir una persona de su confianza que la acompañe durante el trabajo de parto, parto y postparto.
A tener a su lado a su bebé durante la permanencia en el establecimiento sanitario, siempre que el recién nacido no requiera de cuidados especiales.