La violencia intrafamiliar es la más evidente, son daños en el cuerpo de la mujer (empujones, golpes, palizas...) que dan como resultado fracturas, heridas, hematomas o, incluso, la muerte. Este tipo de violencia daña enormemente a la mujer y tiene consecuencias devastadoras, no sólo por las secuelas físicas que deja, sino por los daños emocionales y psicológicos que causa.